domingo, 23 de febrero de 2014

El desorden y la libertad

El presidente Felipe Calderón afirmó que es en la amenaza a la seguridad donde está hoy el mayor amago a la libertad conquistada, por lo que la solución de ese y otros desafíos debe estar por encima de ideologías y de intereses de coyuntura.

El desorden que vive México es como un resbaladero encerado y las soluciones se vuelven parte del problema.

Cuando trabaje en Oaxaca viajaba regularmente de Huajuapan a Monterrey por autobús y había que pasar rutinariamente por retenes de control donde madrinas hostigaban aleatoriamente a un par de pasajeros pidiendo documentos y haciendo preguntas tontas; la libertad de transito garantizada constitucionalmente bien gracias.

En una ocasión, la policía de caminos de plano nos bajo a todos los pasajeros del autobús y puso a todos los hombres contra la pared, piernas abiertas, para catearnos como si fuéramos criminales. Yo de plano me rehusé a consentir semejante trato. Uno de los policías le pregunto al capitán que que hacían conmigo. Le dije al capitán que yo no era un criminal y que no tenían causa probable para tratarnos de esa forma.  De manera abrupta el capitán dijo con gran molestia:
- ¡Esto lo hacemos para su protección¡,  pero si no quieren,¡ a chingar a su madre!

Y se fueron sin más. Por esos días acababa de haber una masacre de pasajeros en un autobús para robar los pocos pesos que un montón de campesinos oaxaqueños pudieran traer.

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